martes, 21 de enero de 2014

Impresión 3D: fábricas de escritorio

Impresora 3D
Desde hace años se está oyendo hablar sobre la impresión en 3D, una tecnología que permite crear piezas o maquetas tridimensionales a partir de un diseño hecho por ordenador (CAD). Actualmente se están utilizando en infinidad de industrias, tanto para la prefabricación de modelos de piezas o componentes, maquetas de arquitectura, prótesis médicas o incluso prendas de vestir y joyería.

Estamos viviendo lo que muchos llaman la Tercera Revolución Industrial. La impresión en 3D nos aleja de la era de la producción en masa de Henry Ford y nos acerca a una nueva realidad de producciones individualizadas a nuestro gusto. Dentro de unos años el uso personal de la impresión en 3D, será totalmente normal, y tendremos nuestra propia fábrica en el escritorio de casa.


Existen diversos tipos de impresoras 3D, pero todas tienen un funcionamiento común: van creando el objeto tridimensional construyéndolo capa por capa, añadiendo material o compactando polvo. Es como imprimir en dos dimensiones en una hoja de papel, pero con una dimensión más hacia arriba (eje Z). Cada una de estas capas es una sección transversal del objeto final, cómo si lo cortásemos en láminas finas. Con esta tecnología podemos crear casi cualquier cosa que imaginemos que con otros métodos de producción tradicionales no se pueden conseguir.



Aunque la mayoría de la gente ha escuchado el término impresión 3D hace poco, esta tecnología se lleva utilizando desde hace décadas, sobre todo para realizar prototipos, pero se utilizaban equipos muy caros y lentos. 

A día de hoy las impresoras 3D modernas son mucho más rápidas y se pueden adquirir por unos miles de euros, que a la larga acaban ahorrándole a las empresas esa cantidad en la fabricación de prototipos. Por ejemplo Nike las utiliza para crear prototipos de zapatillas de diferentes colores. Antes tenían que esperar varias semanas para tenerlos y les costaban bastante caros, pero a día de hoy el coste es de una décima parte y pueden realizar cambios al instante sobre los prototipos e imprimirlos de nuevo en el momento.

A parte de las impresoras comerciales, se están creando cada vez más versiones más pequeñas y económicas para uso personal, cuyos precios rondan entre los 300€ y los 2000€. Gracias sobre todo a las campañas de crowdfunding, este mercado se está ampliando a pasos agigantados, y llegará a nuestros hogares antes de que nos queramos dar cuenta.

Pero como el movimiento se demuestra andando vamos a ver un vídeo de una impresora 3D en funcionamiento:


Próximamente escribiré sobre nuevos modelos de impresoras y tecnologías que se están desarrollando.


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